Lavanda. Cuidados y tipos.
Es una de las plantas aromáticas más conocidas por todo el mundo. Tradicionalmente, nuestras abuelas la usaban para perfumar los armarios y las cómodas por dentro, dejando su inconfundible olor en la ropa. Hoy en día, la industria de la cosmética la tiene entre sus top 10 por sus aceites esenciales e igualmente, no nos extraña, debido a sus propiedades antioxidantes, astringentes y antiinflamatorias. Además, es relajante y por el bonito color de sus flores y lo fácil que es cultivarla se puede ver muchísimo en jardines mediterráneos.
Por todo esto, merece tener su propio artículo.
Tipos de lavanda
Hay por lo menos 60 especies de lavanda en la naturaleza y todas las podemos encontrar en todo el arco mediterráneo. Sería bastante difícil hablar de todas ellas en este artículo al nivel que nos gustaría, así que hemos reunido información de las más utilizadas a nivel industrial y particular.
Lavandula angustifolia
Esta especie se extiende únicamente por los países de Francia e Italia. Alcanza hasta 1 m de altura y tiene el porte leñoso, con las hojas grisáceas que después se van volviendo verde. Las flores son inflorescencias que pueden llegar hasta los 9 cm de largo. Se usa normalmente para infusiones. También se la conoce como espliego.
Lavandula dentata
Se llama así porque las hojas son dentadas, esta es su principal característica. Puede llegar a 1,5 m de altura. Se utiliza como planta ornamental y para desarreglos estomacales principalmente.
Lavandula latifolia
Es la lavanda española, y al contrario que el resto de lavandas, tiene un olor desagradable, pero es importante por sus propiedades medicinales y su valor ornamental. Esta es la lavanda que huele más, ya que tiene un olor más alcanforado. También se la llama alhucema.
Lavandula stoechas
Se la conoce también como cantueso. Tiene un porte medio, entre los 40 y 60 cm de altura y es muy velluda. La flor es una espiga ovalada con 2-3 brácteas muy características con un violeta mucho más fuerte que la del resto de lavandas.
Lavandula lanata
Se la llama lanata porque sus hojas están recubiertas de una cama lanosa, típica en climas de montaña. Las espigas florales pueden llegar a medir hasta 20 cm de largo y también es española, concretamente de Ronda (Málaga)
Lavandula Hybrida
Es una híbrida de la L.angustifolia y L.latifolia. Se la conoce como lavandín y es muy usada como ornamental y es conocida en la parafarmacia. Tiene una floración abundante, por eso la utilizan mucho quienes gustan de tener jardines de aromáticas coloridos.
Cuidados de la lavanda
La lavanda tiene más de 60 variedades, entre las que se pueden encontrar algunas que tienen las flores de color blanco, azules y rosas. Esta planta es muy resistente y suele crecer con facilidad en cualquier lugar donde se plante. Pero todas estas especies siguen un patrón de cuidados común que vamos a explicar ahora.
Iluminación y temperatura
Necesita de una buena iluminación, su sitio óptimo es a pleno sol pero tolera bien la semisombra. Es de clima mediterráneo, así que su margen de temperaturas ideal está entre los 14 y los 30 ºC. y al ser tan rústica y leñosa, puede aguantar temperaturas de hasta -10 ºC.
Riego
Esta planta no necesita tener su pie constantemente mojado. En época de crecimiento, como primavera o verano, basta con regar una vez a la semana, porque debido a su origen mediterráneo está hecha a tener poca agua y no lo necesita. En invierno en cambio, podemos hacerlo una vez cada dos semanas.
Suelo
Lo primero que hay que tener en cuenta en cuanto al sustrato, es que la lavanda, como no necesita riegos abundantes (y de hecho no le favorece nada) hay que tener cuidado en que el sustrato cuente con un buen drenaje, porque no tolera los encharcamientos y puede tener problemas de podredumbre de las raíces. Para ello, es conveniente que el sustrato cuente con una porción de arena, una porción de arcilla y una porción de humus. La cantidad dependerá del recipiente, pero piensa en que cada una deberá tener una tercera parte en proporción.
Es importante que el sustrato tenga un pH alcalino entre 6,5 y 7,5. Es necesario para su correcto crecimiento, no es una planta para suelos ácidos, así que, si la vas a plantar en una zona de suelo ácido, asegúrate de ir incorporando cal para elevar el pH. Si por el contrario el pH del sitio donde la vas a plantar es más alto de 7,5, añade serrín de pino.
No es necesario añadir fertilizantes al sustrato, pero lo toleran bien en primavera.
La maceta en la que la plantamos tiene que ser suficientemente grande para que se pueda expandir, ya que alcanza el tamaño de seto grande. Con una maceta de unos 30 o 40 cm de diámetro debería ser suficiente, pero cuanto más grande la maceta, mejor. Y si es de cerámica o terracota sin pintar, todavía mejor, porque al ser porosa permite que el agua sobrante se evapore con mayor facilidad y eso facilitará el drenaje.
Cómo plantar lavanda
La mejor forma de propagar esta planta es cortar los esquejes a principios de primavera, siempre y cuando tengas un sitio, si es que no vives en una zona mediterránea, que tenga cubierta o alguna forma de proteger el esqueje en el momento más delicado y algo de humedad. Y te vamos a enseñar cómo hacerlo.
Paso 0. Corta los esquejes
Para obtener los esquejes, fíjate, los brotes más tiernos son de un color verde más claro que los viejos. Y esos son los que tienes que cortar. Una vez que tienes tus esquejes cortados, procedemos a plantarlos.
Paso 1. Prepara el sustrato.
Prepara el sustrato con esta mezcla:
– ⅓ de vermiculita
– ⅓ de turba
– ⅓ de compost
Paso 2. Prepara los esquejes
La base del esqueje, lo que se va a introducir en la tierra tiene que estar limpio de hojas. Elimina todas las hojas de esa parte del tallo deslizando tus dedos sobre él.
Después, corta el tallo que hemos dejado con hojas, unos cuatro dedos más o menos.
Paso 3. Introduce los esquejes en la maceta.
Se recomienda este tipo de maceta, alargada.
Tan sólo tienes que llenarla con la mezcla que has preparado antes e ir introduciendo un palo en cada una para crear el agujero donde meter el esqueje.
Paso 4. Pulveriza cada maceta.
La tierra debe estar humedecida para incitar a la planta a echar raíces y como lo que hemos plantado ahora mismo son esquejes, es mejor pulverizarla, porque si echamos agua para llenar toda la maceta se irá por los agujeros de drenaje y la desaprovecharemos.
Paso 5. Protege la plántula.
En climas más fríos, a principios de primavera, es posible que la planta encuentre más dificultades para enraizar si la temperatura es baja. Si no dispones de un invernadero o de algún lugar para protegerla, usa botellas de plástico cortadas para proteger cada esqueje.
Paso 6. Disfruta de tu lavanda.
Una vez ya entrada la primavera y habiendo enraizado ya los esquejes ya podemos hablar de una planta independiente. Enseguida verás cómo continua brotando hasta llegar a esa floración tan deliciosa.
Preguntas frecuentes sobre la lavanda
¿Qué se puede hacer con las hojas de lavanda?
Como hemos dicho anteriormente, la lavanda es un excelente relajante muy usado en aromaterapia y tiene múltiples propiedades medicinales. Puede ser usada en infusiones para tratar problemas de mala digestión, irritaciones en el estómago, migrañas, espasmos y asma bronquial. Tan solo haz una infusión de 70 g de hojas secas de lavanda con 1 litro de agua caliente y pruébala. Sienta fenomenal.
También puedes prepararte un baño caliente con flores de lavanda, unos 100 gramos, o 8 gotas de aceite esencial. Es muy buena para conciliar el sueño. Y siguiendo con su tónica relajante, se puede usar también para masajes en las sienes cuando se tiene un dolor de cabeza.
Puedes usarlas también como ambientador en la casa, si cosechas lavanda fresca y la pones en agua.
¿Cual es la mejor planta de lavanda?
La respuesta a esta pregunta depende del uso que le quieras dar a tu lavanda. Si tu intención es tenerla para un uso cosmético y medicinal además del ornamental, para mi gusto deberías fijarte en la variedad L. angustifolia. De todas, es la que menos cuidados necesita, ya que una vez pasada su etapa de crecimiento temprano, prácticamente se cuida sola. Apenas necesita riego y es la que más se utiliza por sus aceites esenciales.
Si lo que quieres es que en tu jardín resalten más las flores de la lavanda, te aconsejo L.stoechas, ya que es la variedad de lavanda que tiene las flores más grandes en forma de espiga y de violeta a lila rojizo.
¿Cómo recuperar una planta de lavanda en maceta?
Si tu lavanda ha terminado su floración y se le han secado la espigas de flores, lo mejor es hacer una poda de limpieza estacional. Con unas tijeras de podar que abarquen el diámetro del seto de lavanda, empieza a recortar dejando toda la planta a la misma altura. Después, inclina las tijeras 45 º desde la parte alta de la planta y empieza a podar con esta postura hasta dejarla limpia de zonas secas. Iguala los laterales y déjalos lo más recto posible. Lo último es ir mirando de cada lado para que todos los perfiles queden parejos. Con esta técnica conocida como “poda del vagón” conseguirás unas floraciones más tupidas.
¿Es fácil mantener la lavanda?
Es una de las estrellas de un tipo de jardines que se conoce como “xerojardines” o “jardines secos”. Se caracterizan por el uso de plantas que apenas necesitan cuidados. Siempre que no te pases con el riego y vigiles mínimamente su estado, no necesita nada más, ni siquiera fertilización.