30 Plantas de otoño. Inspiración.
Normalmente en otoño hacemos un cambio de ropa de armario o una limpieza general en la casa…¿por qué no añadir plantas a nuestro entorno que nos evoquen esta maravillosa estación?. Pensar en otoño nos hace trasladarnos a paisajes evocadores, llenos de tonos marrones, rojizos y amarillos, nos hace pensar en lluvia, en frío, en planes para los últimos meses del año, en noches en el sofá echados con una manta, unas palomitas y una buena película, pero sobretodo, nos hace pensar en tonos cálidos. En este artículo queremos ofrecer una variedad de plantas que den esa calidez estacional en tu entorno.
Chrysanthemum
La flor de otoño por excelencia. Está prácticamente en todos los colores y puede formar enormes arbustos en tu jardín o en maceta. Necesita semisombra y un riego moderado. Para mantenerlos floreciendo, ve cortando los brotes cuando se marchiten.
Pensamientos
Los pensamientos no pueden tolerar el calor, pero pueden soportar el frío. Si los plantas al final del verano verás cómo florecen hasta una fuerte helada. Luego, volverán a aparecer nuevamente en la primavera.
Celosia
También conocida como “cresta de gallo”, Celosia cristata produce cabezas de flores con cresta de varios centímetros de ancho hasta bien entrado el otoño. Su pariente, Celosia plumosa, por otro lado, produce flores parecidas a plumas, otro favorito de otoño.
Croton
En esta planta tenemos una gama de tonos otoñales perfecta para ambientar la entrada de nuestra casa o el interior. Hay que mantener humedad ambiental en sus hojas todos los días con un pulverizador y regarla de manera que siempre tenga el sustrato húmedo una vez cada 4 días a la semana.
Col ornamental
Su nombre científico es Brassica oleracea var. acephala. Tiene hojas rizadas muy grandes que abarcan desde los tonos más intensos del púrpura hasta el más suave rosado, tenemos desde luego, variedades para elegir. El mejor sitio donde tenerlas es el jardín, porque además, aguantan muy bien las heladas y llaman bastante la atención en la composición que hagamos en el exterior. Las venden a partir de noviembre.
Aliso de mar
Su nombre científico es Lobularia maritima y es una planta de uso tapizante, es decir, crece a ras de suelo formando una bonita cubierta blanca en plena floración. Prácticamente se puede cultivar todo el año, pero debido a la blancura de sus flores sirve de contraste perfecto con los tonos otoñales. Necesita un suelo blando y bien drenado aunque se puede adaptar a casi todos los tipos de suelo. Mejor que esté a semisombra y con un riego moderado en verano y casi inexistente en invierno.
Pimiento ornamental
Esta planta es ideal para tenerla en maceta. Sus frutos son llamativos debido a su intenso rojo, pero tenemos que avisar de que no son comestibles. El mejor lugar para tenerla es a pleno sol en una maceta con sustrato universal y regándola cada 2 o 3 días, sin encharcar el suelo.
Pennisetum setaceum
Es más conocida por su nombre científico que por su nombre común: rabo de gato. Por lo que la queremos en el jardín en nuestra composición otoñal es por sus inflorescencias en forma de espiral y cilíndricas que coronan la zona apical de la planta.
Crece en todos los suelos, pero le favorecen más los suelos con buen drenaje. Se utiliza para rellenar el fondo en la composición vegetal del jardín y los tonos crema de sus inflorescencias atemperan la viveza de los colores más cálidos que quieras añadir con otras plantas.
Anemona japonesa
Su nombre científico es Anemone japonica. Los rojos y naranjas de otoño se ven geniales y todo eso, pero no te importará ver un toque de rosa a través de tu ventana este septiembre.
Hay que regarla en días alternos y los balcones son un buen lugar para ella si están en semisombra.
Fuchsia
Si tu jardín necesita una explosión de color, no busques más. Esta planta, la Fuchsia magellanica es la que lo conseguirá. El vibrante color morado de sus pétalos junto con el fucsia de sus sépalos todo en forma de campana hará que la vista de tus invitados se pose en la parte del jardín donde lo hayas plantado. Ten en cuenta que la tierra debe ser adecuada, no demasiado seca, húmeda o caliente, esto es la clave para este tipo de flor.
Cyclamen hederifolium
Es de las más extendidas en uso para esta época otoñal. Cuenta con una gran variedad de tonos en sus flores desde el blanco hasta los tonos violetas más oscuros y es la protagonista de los balcones y de las pequeñas composiciones en parterre en las grandes ciudades. Necesita sombra y un suelo de pH ácido y bien drenado. Aguanta bien las heladas.
Cineraria marítima
Esta planta plateada también se conoce como Jacobaea Maritima. Elegirla para tu jardín puede ser una oportunidad de dotar algo de tonos fríos para hacer contraste con los rojizos y marrones. Dale pleno sol y un suelo bien drenado para mantenerla sana.
Hortensia hoja de roble
Esta rara variedad de hortensia es otra buena candidata para dar el toque otoñal a tu casa o tu jardín. Su enorme parecido al roble crea esa atmosfera de hojas rojizas, marrones y amarillas de este árbol en el jardín.
Helenium
Dentro de las muchas variedades de este género, nos centramos en la autumnale, que florece a partir de septiembre. Esta es una planta herbácea que hará las delicias de quienes quieran recrear en su jardín una pradera, o la quieran usar como fondo medio de su composición vegetal. Necesita un riego moderado y estar a pleno sol.
Baya de la belleza
Su nombre científico es Callicarpa bodinieri var. giraldii ‘Profusion’. Es un arbusto que produce unas bayas de color violeta agrupadas en torno a las ramas en las axilas de las hojas y es lo más llamativo y espectacular de esta planta. Aunque también en otoño, sus hojas adquieren tonalidades entre rojizo y amarillo. Necesita un suelo bien drenado y pleno sol, o al menos, semisombra. No tolera suelos muy alcalinos.
Monarda dydima
El otoño es también la vuelta a las naranjas en la mesa y esta planta tiene un aroma muy parecido al de ese cítrico. Se la conoce también como bergamota silvestre. Dentro de las dydima tenemos la variedad scarlett, que además aportará a tu jardín unas preciosas flores de color rojo intenso. Necesita pleno sol o semisombra y un suelo que no toque los extremos, es decir, que no sea extremadamente alcalino o extremadamente básico. Por lo demás, con un riego moderado en invierno será suficiente.
Colchicum
Es posible que conozcas el colchicum por su otro nombre: crocus de otoño. Como era de esperar, florecen entre agosto y septiembre, pero sin follaje. Las hojas solo aparecen en la primavera antes de morir.
Persicaria affinis
Se la conoce simplemente como Persicaria. Sus inflorescencias espigadas pueden tener prácticamente todos los tonos cálidos y es una buena opción para borduras, arriates o junto a estanques o incluso macetas y jardineras. Vive a semisombra y a pleno sol y necesitan un suelo ligero y permanentemente húmedo.
Sedum
Observa cómo esta planta suculenta brota en el verano, antes de estallar en un rosa intenso o rojo en el otoño. Dado que el sedum (también llamado cultivo de piedra) almacena agua en sus hojas, es increíblemente resistente al calor y a la sequía, y a las mariposas les encantan las flores anchas y densas.
Ceratostigma
Se la conoce también como falso plumbago. En otoño sus hojas se vuelven marrones y rojizas y florece con unas pequeñas flores de color azul que otorgan una pincelada de tonos fríos a los rincones de tu jardín. Resiste muy bien las heladas y necesitan estar a pleno sol. Debido a su rusticidad puede estar en todos los tipos de suelos. Eso sí, con ellas hay que evitar el exceso de riego porque son sensibles a enfermedades fúngicas.
Árbol de las pelucas
Cuyo nombre científico es Cotinus coggygria. Su curioso nombre se debe a que sus inflorescencias tienen forma de plumas o de hilo y recubren todo el arbusto en plena floración. Además, en otoño sus hojas se tornan de un color de rojizo a violáceo antes de caerse, ya que es una planta caduca. Tolera una amplia gama de suelos, pero debe estar bien drenado y si es posible, con un riego más que moderado porque los encharcamientos la hacen mucho mal.
Se recomienda ubicarlos en el jardín para que estén aislados porque así destacarán más.
Eonymus alatus
Los anglosajones le llaman “arbusto ardiente” debido al intenso rojo que adquiere en otoño. Y este intenso color se debería aprovechar en borduras, grupos, setos libres, pantallas e incluso tiestos grandes. Tolera el frío extremo y puede aguantar cierto grado de sequía si está bien asentado. Puede tolerar muy bien los suelos calizos si no son demasiado ricos y como muchos arbustos, necesita un suelo, eso sí, con buen drenaje.
Berberis thunbergii
El Agracejo rojo (como así también se le conoce) es otro arbusto que destaca por su cambio de tonalidad cuando empieza a entrar el frío del otoño. Esta planta es muy utilizada en jardinería en rocalla, como setos, o como punto de color en una extensión de césped. Y necesita mucho sol, o al menos semisombra.
Viburnos
En este caso hablamos del Viburnum opulus, una variedad que tiene presencia en todas las estaciones, pero no por ello su versión otoñal es menos válida. En otoño su follaje se vuelve a los tonos naranjas y violetas oscuros antes de caerse y luce unas bayas rojizas vibrantes que hacen la delicia a la vista de quien lo contemple en el jardín. Esta planta prácticamente tolera cualquier tipo de exposición al sol y si el suelo está bien nutrido, mejor, aunque también podemos tenerlo en suelos pobres. Realmente, que no sean muy calizos y arcillosos. Sobretodo con buen drenaje.
Tejo europeo
Su nombre científico es Taxus baccata. Su follaje es perenne, por lo que siempre lo veremos verde, pero en otoño produce unas bayas de color rojo vivo que dan un plus a tenerlo plantado en nuestro jardín, porque es un árbol. Pero con una buena poda de formación podemos tenerlo como seto, o formando borduras o formas geométricas.
Necesita sombra, un suelo bien drenado sin importar el grado de alcalinidad y basicidad que tenga y un riego moderado que evite los encharcamientos.
Crocus de otoño
Son bulbos cuya estación óptima de plantación es el otoño. Quedan muy bien si los plantas bajo árboles, en rocallas o como bordura. Son perfectos para dar color en un jardín que no tenga flores. Son perfectos a pleno sol aunque pueden tolerar la semisombra y más que regar, la planta solo necesita que el suelo esté húmedo, pero sin encharcar.
Forsitia
Con este arbusto tendrás flores amarillas y fragantes y unos frutos secos que tienen una cápsula con varias semillas aladas. Es mejor tenerlo aislado para que destaque más. De otoño a invierno, en plena floración, es suficiente con regarlo cada 4 o 5 días. necesita, eso sí, un suelo ligeramente ácido (de pH: 5-6) y si lo vas a tener en maceta cuida de que el sustrato sea para plantas acidófilas.
Trepadora roja
Parthenocisus quinquefolia, ese es su nombre científico. Ver esta planta en otoño en la pared de una fachada o en la valla de un jardín es espectacular. Esta enredadera es óptima para cubrir muros umbríos, al norte o noroeste porque como es de hoja suelta, ligera y caduca, permite que circule el aire entre ella y la pared y no da lugar a humedades. Es bastante rústica y resistente y prefiere el sol, aunque puede estar también a sombra o semisombra.
Ciruelo rojo
Su nombre científico es Prunus cerasifera var.nigra. La verás muchísimo en la jardinería urbana porque su tono rojo oscuro es muy llamativo, tolera muy bien la contaminación y apenas necesita cuidados. Necesita pleno sol y soporta muy bien los climas más fríos. Hay que darle una poda antes de que entre el invierno para que en enero podamos disfrutar de su floración blanca o rosada.
Begonia de hoja pintada
Esta begonia asombra por el dibujo que la naturaleza ha regalado a sus hojas en tonos rosados, violetas o incluso plateados. Su nombre científico es Begonia rex. Cumple muy bien su función decorativa si la dejas en solitario en una maceta o combinándola con Cyclamen. necesita luz pero no sol directo, un sustrato de compost y un riego a la semana o cada 10 días, ya que es sensible al encharcamiento.